jueves, 13 de agosto de 2015

“CONSECUENCIAS DEL CONSUMO DE PORNOGRAFÍA EN LOS NIÑOS”

La palabra "pornografía" viene de las palabras griegas "porno" y "graphia", que significa "representación de las actividades de las prostitutas".
En lenguaje común, suele significar, "material obsceno sexualmente explícito y destinado principalmente con el propósito de la excitación sexual."
"Obscenidad": En conjunto, las apelaciones a un pruriento (enfermo, morboso, vergonzoso, o lascivo) interés en sexo;
Describe la conducta sexual en una forma patentemente ofensiva (es decir, va más allá de las normas de la comunidad contemporánea en lo que respecta a la representación de conducta o actividad), y en conjunto, carece de serio valor literario, artístico, político y científico.

La pornografía produce en los niños y niñas una sobre estimulación sexual, ya que no están, ni físicas ni emocionalmente, en capacidad de recibir estímulos eróticos que exceden su desarrollo psicosexual y social. Este hecho hace que se interfiera el desarrollo normal y saludable no solo de la sexualidad sino también de la personalidad de los infantes. La pornografía significa una reducción de la sexualidad a la ejecución de actos mecánicos desligados del sentido de trascendencia afectiva y comunicativa entre personas; en consecuencia, el estar expuestos a material pornográfico lleva a que los niños y niñas tengan un aprendizaje distorsionado e irreal de la sexualidad, fuera de un contexto amoroso.
Esto puede contribuir a aumentar la predisposición o riesgo frente al abuso sexual o al establecimiento de relaciones sexuales precoces; inclusive, en algunos casos, podría llegar a facilitar la incorporación de modelos inadecuados de conducta sexual, incluyendo formas de violencia sexual.

Observar películas pornográficas afecta seriamente el desarrollo psicosexual del niño y adolescente. Dentro de los trastornos que pueden padecer los menores están: la predisposición a la promiscuidad, la negligencia ante métodos de anticoncepción, la vulnerabilidad a enfermedades de transmisión sexual, entre otras. 

Los niños y adolescentes que son expuestos a temprana edad al contenido pornográfico corren el riesgo además de desarrollar cierta dependencia y hasta adicción a la pornografía.    
Efectos psicológicos:
 • Alteración profunda en la autoestima, autoimagen, autoconcepto y autoeficacia.
 • Manifestaciones de estrés postraumático, tales como alteración del sueño y hábitos alimenticios.
• Conductas autodestructivas, como el abuso de sustancias psicoactivas o intentos de suicidio. • Alteraciones del estado de ánimo.
• Alteraciones de la conciencia.
• Aislamiento social.
• Sentimientos permanentes y generalizados de vergüenza, culpa, miedo.
• Dificultad en el desempeño social.
• Sentimientos de desesperanza y de insatisfacción con la vida.
• Tendencia hacia la hipersexualización del afecto y las relaciones interpersonales.
• Tendencia al intercambio de afecto por cosas y al establecimiento de relaciones pseudoafectivas, superficiales, en extremo dependientes o de carácter utilitario.
• Dificultades para lograr una integración sana y gozosa de la sexualidad.
• Déficit de asertividad, manifestado en la dificultad para expresar sentimientos o afectos positivos.
Se puede resaltar que estos niños y niñas cambian su organización de valores, son temerarios y están dispuestos a enfrentar cualquier desafío, pueden experimentar alteraciones en el comportamiento con actuaciones violentas hacia otros o hacia sí mismos, y pueden cometer abusos de diversa índole, aunque interiormente les invada el sentimiento de inseguridad e incertidumbre. Estas expresiones de su personalidad tienen como fondo un sentimiento de desesperanza y de insatisfacción con la vida, que a su vez pueden llevar a la autodestrucción, adicción o a cuadros de enfermedad mental. Por otra parte, la mayoría de estos niños y niñas expuestos a material pornográfico por Internet son niños solitarios y con dificultades para entablar y mantener relaciones con sus iguales, situación que puede ir empeorando en la adolescencia. Esta situación los puede hacer más vulnerables a ser involucrados en redes de producción de material pornográfico o en redes de trata de personas u otras formas de explotación sexual. Lo más importante de todo es cómo los padres de familia afrontan el problema. Si lo hacen con regaños y castigos, especialmente con preocupaciones y agresiones inútiles, fuera de corregir la conducta, pueden hasta perturbar la mente de sus hijos con culpas y angustias innecesarias.
¿QUÉ HACER?
Lo mejor de todo es buscar el momento oportuno para hablar con ellos y hacerlo siempre de la mejor manera posible. Es una recomendación en general, no actuar bajo el dominio del hígado y el estómago, como muchos lo hacen.
Lo primero que hay que hacer es preguntarle lo que pasa, una vez que se le ha explicado lo que se observa o se sabe de su comportamiento. Es muy importante no dar por asentado que es el culpable, sin saber si es cierto o no. De hecho, he conocido varios casos de hermanos y amigos que abren estas páginas en la computadora del otro, para que los acusen de algo que ellos no hicieron.
Una vez que te dan las explicaciones que quieran, entonces tan sólo les debes hacer ver que ésa no es la sexualidad que tú les deseas dar a conocer, ni que es sano que mantengan una curiosidad sobre esta manera de exhibirla. 


 Fuentes:
http://www.rpp.com.pe/2012-01-10-efectos-de-la-pornografia-en-ninos-y-adolescentes-noticia_439133.html
http://www.informador.com.mx/jalisco/2010/186555/6/cuando-tus-hijos-ven-pornografia.htm